Bitcoin es una criptomoneda que busca, según el propio paper de Satoshi Nakamoto, ser una tecnología que funciona sin una entidad central o banco. Por tanto, la pregunta es si puede destronarlos.
Existen argumentos tanto a favor y en contra de la desaparición de los bancos centrales, no es un tema trivial para nada. Siempre que surge esta discusión entre economistas, las cosas se ponen un poco acoladas. Veamos las razones para estar a favor y en contra, así luego puede tomar sus propias conclusiones.
La función que cumplen los bancos centrales
No solo las criptomonedas quieren acabar con los bancos centrales, sino también la era digital. Aun así, no han sido capaces de hacerlo.
Estas instituciones tienen muchos años con nosotros, siendo que la primera de ella la encontramos en Barcelona, España, en el año 1401.
La función de este primer banco central, y de los que le continuaron, era ayudar a los gobiernos a obtener fondos para invertir en la sociedad o para costear las guerras.
Los ingleses fueron un paso más allá con este concepto y en 1844 lanzaron una legislación en la que le otorgaban a estas instituciones el poder monopólico de imprimir dinero.
La justificación de esto es que de esta forma podrían ayudar a estabilizar el sistema financiero en momentos de crisis.
Muchos expertos están de acuerdo con esta premisa, mostrando como ejemplo el hecho de que en 2007 fueron útiles para conseguir que la crisis no fuera mayor.
Sin embargo, también podemos argumentos que la expansión monetaria de los bancos centrales fuero los culpables de que ocurriera en un primer momento. Aunque esta es discusión para otro momento.
El banco central más importante del mundo, la Reserva Federal de los Estados Unidos, tiene algunos objetivos cuando persigue su política monetaria:
- Mantener los precios estables
- Que haya empleos para todo el mundo
- Permitir a las personas acceder al crédito
- Proteger a los bancos de las corridas bancarias
- Estabilizar la economía durante las crisis
Las herramientas que tiene este banco (y otros también) para alcanzar estos objetivos es la tasa de interés (que aumentan y disminuyen) y la creación y destrucción de dinero.
En el caso de que la economía esté creciendo mucho, y los precios sufran inflación, los bancos centrales pueden incrementar la tasa de interés, haciendo más costoso tomar crédito.
También puede quitar dinero de la economía al reducir la cantidad disponible de dinero que los bancos pueden pedir prestado al banco central.
Esto no es ninguna complicación para el banco central, ya que hoy la economía se encuentra prácticamente digitalizada, por lo que prestar dinero no es más que cambiar unos pocos valores en una base de datos. Lo cual es también un arma de doble filo.
Si consigue eliminar el dinero que se encuentra circulando en la economía por alguno de estos dos métodos, se consigue que haya menos para gastar y por tanto los precios de los bienes y servicios tienden a caer.
El problema que existe con esta manipulación del libre mercado es que obtenemos otros efectos, como el hecho de que ahora las empresas y personas no pueden tomar dinero prestado a una tasa baja.
Si esto ocurre, en especial con las empresas, vemos que hay menos inversión y por tanto se contrata menos empleados.
En el caso de que la economía no esté creciendo lo suficiente, los bancos centrales tienen el poder de reducir la tasa de intereses para inundar el mercado con crédito barato, o directamente crear más dinero.
Con una tasa de interés más baja, es fácil tomar prestado, y los negocios y consumidores pueden comenzar a comprar e invertir.
Pero no es la única forma en la que pueden manipular la economía. Un hecho que ocurre muchas veces es la compra de bonos en el mercado para generar más demanda, lo cual hace que baje la tasa de interés debido a que los que lo emiten ya no necesitan ofrecer intereses muy altos para conseguir capital.
Pero todas estas prácticas que lleva a adelante el banco central a la larga tienen consecuencias, tan grandes que pueden ser difíciles de controlar. Ya que mientras en los papeles parece buena idea realizarlas, hay puntos de no retorno donde la economía ya no responde de la misma manera a estos estímulos.
Además, hay otros efectos secundarios que no siempre son tomados en consideración. Por ejemplo, cuando la tasa de intereses se encuentra muy baja, los inversores prefieren buscar en otros países un mejor retorno de su inversión.
También hay efectos sobre la moneda, que se vuelve más fuerte o más débil dependiendo de las medidas que se hayan tomado.
Una monea fuerte hace más difícil vender bienes y servicios al extranjero, creando desempleo. Una moneda débil hace que los precios para importar sean competitivos, pero es más difícil para los habitantes de esa nación comprar esos bienes.
Un grave problema de todo esto es el “lag” o “retardo” entre las medidas tomadas y los efectos en la economía, lo que hace pensar a las personas que no existe relación entre causa y efecto. Llevando finalmente a algunos gobiernos a utilizar estas prácticas de forma corrupta.
¿Son necesarios los bancos centrales?
La relación entre los países y sus bancos centrales es muy compleja, solo hemos llegado a arañar una parte de todo este asunto.
Un argumento en contra de los bancos centrales, que nos presenta la economía austriaca por ejemplo, es el hecho de que existen tantas variables en la economía que es imposible manipularla de forma satisfactoria.
Este argumento puede ser utilizado para hablar bien de Bitcoin y su posibilidad de reemplazar a estos bancos. Que utilizan complejos esquemas para poder conseguir algo que en teoría podría ser alcanzado por el libre mercado.
Otros argumentos en contra de los bancos centrales datan desde sus inicios, ya que han sido muy controversiales desde su creación.
- Por un lado, encontramos el poder monopólico del que gozan estas instituciones. Algo que preocupa a muchas personas.
- Otro tiene que ver con que una institución “independiente” tenga la potestad para manipular toda la economía. Para muchos estos solo ocasiona más problemas a las personas que soluciones.
Y es que al final, todas estas manipulaciones pueden derivar en problemas mucho mayores. Tanto que se cree que la gran depresión después de la crisis de 1930 fue producto de la propia reserva federal.
En una era donde las personas pueden comprar y vender de forma digital sin la necesidad de una entidad central, plantea la duda de si realmente necesitamos de estos bancos. No son solo los problemas que traen aparejados, sino el hecho de que ya no cumplen una función tan importante.
Los bancos, y en especial los centrales, son en gran medidas los culpables de la crisis subprime, permitiendo que se preste dinero a personas sin capacidad de devolverlo y haciendo que finalmente todo caiga como un castillo de naipes.
Si tenemos una tecnología como Bitcoin que no requiere de intermediarios y que es lo suficientemente segura para todos, entonces confiar en estas entidades, que tienen una historia bastante negativa, es un riesgo muy grande.
Conclusión
Los bancos centrales son las entidades dominantes de los países que los utilizan para gestionar sus economías. Tienen un poder monopólico y no parecen que vayan a soltarlo sin una pelea.
Si bien Bitcoin y otras criptomonedas han creado un gran interés, su adopción todavía es bastante pequeña como para hablar de reemplazar completamente a los bancos centrales.
Para algunos es necesario que los gobiernos hagan de Bitcoin una moneda de curso legal, pero considero que también podría darse una revolución desde las personas donde sean estas las que, saliendo del mercado oficial, comiencen a adoptar las criptomonedas como su unidad de intercambio.
Ocurren en países como Venezuela donde comprar y vender bienes y servicios es algo que se mueve por lo informal. Allí hay un crecimiento importante de las criptomonedas, que sirven como bien de intercambio.
Finalmente, existe la posibilidad de que los propios bancos centrales impriman sus propias monedas digitales. Pero ¿esto tiene sentido realmente? Al final, el dinero que crean lo hacen de manera digital y en ciertos países la economía ya está completamente digitalizada.
No hay mucha diferencia entre las criptomonedas y el dinero fíat digital, a menos que consideremos la descentralización, el anonimato, los pagos transfronterizos y la privacidad. Aunque no es algo que los bancos centrales justamente tengan pensado implementar.
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