The Truth Machine: The Blockchain and the Future of Everything es el segundo libro de estos dos autores en el que buscan dar una mirada a lo que ellos creen que será el futuro gracias a las criptomonedas y blockchain.
El problema es que este libro ha envejecido muy mal. Escrito en 2018, muchas de las cosas de las cuales se hablan hoy no han sucedido, y están lejos de ocurrir.
Algo muy típico de los libros de esa época, aunque no haya pasado tanto tiempo, es que veían un futuro donde la cadena de bloques serviría para prácticamente todo. Sin embargo, ha quedado demostrado que una cadena de bloques por si sola no es descentralizada e inmutable, se necesita más que eso. Y, por tanto, las soluciones privadas no tienen mucho sentido.
Aquí no nos encontraremos con detalles técnicos de como funcionan la tecnología blockchain o que es Bitcoin o Ethereum, sino un repaso de las cosas que se pueden crear a partir de ellas.
El problema con esto, como hemos visto, es que es una tarea difícil, por no decir imposible. Más aún cuando han cambiado tantas cosas en este ecosistema.
Por poner un ejemplo, las ICO cumple un rol central en esta lectura y, sin embargo, hoy han pasado a un segundo plano.
No es que sea una lectura que debamos evitar, pero si considero que hay mejores libros para aprovechar nuestro tiempo, y por eso no lo recomiendo. Aun así, puedes quedarte leyendo si quieres saber más acerca de que se trata.
¿Qué encontramos en Análisis Del Libro: The Truth Machine?
El libro nos habla de una cuarta revolución industria, en el que la sociedad cambiara mucho debido a lo que permiten las cadenas de bloques.
Uno de los casos centrales que plantea el libro es el de los refugiados de Siria y como la tecnología permitió hacer pruebas para mejorar la distribución de recursos en estos asentamientos precarizados.
Si bien esto nos plantea un interesante caso de uso para las criptomonedas y las cadenas de bloques, la realidad es que su utilización no tiene justificativo alguno. Debido al final, los usuarios de esta solución igual necesitan seguir confiando en un tercero que gestione la información.
Esto es distinto a Bitcoin, donde esta confianza está puesta en el algoritmo. Cosa que nos vemos en las implementaciones particulares, debido a que los nodos corren por parte de las empresas o entidades, las cuales nos obligan a seguir confiando en ellas.
Si al final es este el caso, no hay una ganancia importante para el usuario, que le daría igual si utiliza técnicamente es una base de datos o una cadena de bloques. El resultado en lo práctico es el mismo.
Pero aquí surge una idea interesante que me pareció lo mejor del libro, y es que podemos caer esclavos del algoritmo. Es decir, si una red descentralizada funciona de tal manera, esta será muy difícil de cambiar y no se adaptará a las necesidades de la sociedad.
Esto puede ser bueno o malo. Es decir, si queremos que Bitcoin tenga ciertas propiedades, que su algoritmo nos domine, por así llamarlo, es algo positivo si las propiedades son las que buscábamos. Pero en el caso contrario, podría ser negativo para la sociedad un algoritmo que no se puede modificar.
Hoy vemos los problemas de que los estados puedan emitir sin control alguno, por lo que sería bueno una criptomoneda cuyo suministro sea fijo.
Y si bien esta solución la hallamos en Bitcoin, donde modificar este parámetro es muy difícil, eso no quita que quizás haya otras modificaciones que si sean necesarias.
Por ejemplo, el tamaño del bloque (donde no voy a argumentar a favor ni en contra) es una cuestión que ha dividido las aguas en la comunidad. Independientemente de si es algo necesario no, un cambio en ella abriría las puertas a que el futuro puedan existir otros, como el suministro total.
Entonces, ¿somos esclavos del algoritmo tal cual es, ya que es lo suficientemente descentralizado para que modificarlo sea muy difícil?, o ¿queremos un algoritmo fácil de modificar, pero luego pueda ser pervertido?.
Esa es una idea que si bien el libro no plantea completamente, al menos deja rebotando en la cabeza del lector.
¿Quién debería leerlo?
El libro en líneas generales me ha parecido un poco malo. Gran parte del mismo es una crítica a la gestión de Trump, la cual tampoco ha sabido predecir.
No es un intento por defender a un político, pero cuestiones como una tercera guerra mundial no han sido productos de su presidencia, por lo que es un poco chocante leer estas cosas de un libro.
Más que nada porque el libro tiene una clara orientación a que las cadenas de bloques podrían permitir un mayor control del Estado. Pero también plantea la oportunidad para que las mismas puedan desobedecer a los gobiernos, como el de Trump, si es que hay algo que no te gusta.
Entonces, ¿si me gusta el gobierno debo hacerle caso y trabajar para que estos tengan más control, pero si no me gusta debo tomar otro camino?.
Creo que las cadenas de bloques justamente llegaron para darles menos responsabilidad al estado y de esta forma no caer en estos problemas. Dándole menos control y así evitar que, si el mismo es realmente tiránico, no tenga mucho poder sobre nuestras vidas.
Pero usar las cadenas de bloques solo para lo que va en sintonía con tus ideales no pienso que fuera su mejor uso.
Autor: Michael J. Casey y Paul Vigna
Páginas: 333
Año: 2018
Idioma: Inglés
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