A pesar de que Bitcoin a día de hoy es la implementación de blockchain como criptomonedas más exitosa, así también como caso de uso en general más utilizado, la privacidad, anonimato y fungibilidad de esta siempre estas en el ojo de la tormenta, y son aspectos que se citan a la hora de mejorar la criptomoneda.

Mientras que muchos dicen que forma de pago descentralizado es mucho más anonimatos que el dinero fíat, la realidad es que tiene ciertas limitaciones en este aspecto como hemos visto anteriormente.

Si conoces los detalles básicos del funcionamiento de la cadena de bloques de Bitcoin, sabrás muy bien que esta es transparente y por tanto sus transacciones pueden ser consultados y rastreadas hasta el origen.

Este es un gran problema para las personas que quieren mantener su vida privada y en el anonimato a medida que utilizan una nueva forma de moneda. Incluso, en general, si queremos que la misma sea fungible.

En el caso de que deseemos ser usuarios de Bitcoin, en algún momento tendremos que interactuar con la cadena de bloques.

Esto implica compartir nuestra dirección de monedero con alguien, tanto para enviar BTC como para recibir. El problema es que en el momento que lo hagamos, perdernos nuestro tan deseado anonimato.

Aquella persona que tenga las dos piezas de información, cómo nuestra dirección e identidad, pueden atar cabos para recorrer toda nuestra historia en la blockchain.

Incluso peor, puede compartir este descubrimiento de forma online afectando gravemente nuestra privacidad. Por eso se considera que el protocolo de Bitcoin es más seudónimo que completamente anónimo.

La fungibilidad es otro problema que preocupa a una parte de la comunidad de Bitcoin, que muchos consideran que debe ser enfrentado antes de que esta se transforme finalmente en una moneda con todas las letras.

En economía se habla de fungibilidad para referirse a una propiedad de un producto básico en donde cada unidad individual de este es esencialmente intercambiable. Esto implica que cualquiera de estas unidades es igual que otra.

En el mundo de las criptomonedas esto se traduce de manera sencilla a la siguiente idea: ninguna moneda en particular es diferente de otra que se encuentra dentro de la cadena de bloques.

Sin embargo, en el caso de Bitcoin, no podemos decir que sea cierto. Algunas pueden ser rastreadas hasta su uso en una actividad ilegal y por tanto se podría decir que están manchadas.

Por ejemplo, recientemente la SEC en Estados Unidos logro conectar dos direcciones de Bitcoin a unos criminales iraníes que realizaban una práctica de ransomware, en donde atacaron a más de 200 personas y los millones obtenidos fueron almacenados en forma de BTC.

Estas direcciones son marcadas por los servicios de inteligencia, llevando a cabo acciones legales contra cualquier que sea encontrado realizando transacciones con ellas. Por esto, muchos comerciantes o personas individuales se negarían a realizar una transacción con estas direcciones, o exigirían un pago mucho mayor para poder limpiar estos bitcoins.

De esta forma, se consigue que algunos BTC tengan menor valor que otros, y además que no sean fungible. La falta de fungibilidad puede afectar al Bitcoin en su búsqueda de ser adoptado de forma masiva, limitando su capacidad de ser un medio de intercambio.

El desarrollador de Bitcoin Greg Maxwell hace un resumen del efecto que una insuficiente privacidad financiera puede tener en la forma en que realizamos transacciones:

La privacidad financiera insuficiente puede tener serias implicaciones de seguridad y privacidad para las transacciones comerciales y personales. Sin una protección adecuada, los ladrones y los estafadores pueden centrar sus esfuerzos en objetivos conocidos de alto valor, los competidores pueden aprender detalles de negocios y las posiciones de negociación pueden verse menoscabadas. Dado que la publicación a menudo requiere gastar dinero, la falta de privacidad puede mermar la libertad de expresión. La privacidad insuficiente también puede resultar en una pérdida de fungibilidad, donde algunas monedas se consideran más aceptables que otras, lo que socavaría aún más la utilidad de Bitcoin como dinero.

Durante los últimos años, se han intentado muchas soluciones para solventar este problema. Mientras que muchos son conscientes de los problemas con los que se enfrenta Bitcoin, no se ha podido entregar una solución que convenza a todo el mundo (importante para el consenso) y que sea viable económicamente.

En el caso de opciones de blockchain anónimas, como lo es Monero, estas sufren de problemas de escalabilidad. Una transacción anónima requiere de mucha más información que una transparente, por tanto demanda que sus nodos requieran más recursos, haciendo más difícil montar uno y por tanto reduciendo su descentralización.

Muchas ideas se han intentado para conseguir la privacidad en Bitcoin, lamentablemente han fallado. Pero una en particular, llamada transacciones confidenciales, puede tener un resultado diferente.

Las transacciones confidenciales (CT, por sus siglas en ingles) fueron desarrolladas en la mente de los contribuidores de Bitcoin llamados Adam Back y Gregory Maxwell. En 2013, Back propuso que Bitcoin y los sistemas relacionados podrían utilizar cifrados homomórficos aditivos en lugar de montos explícitos en transacciones con el fin de mejorar la privacidad.

El emisor encripta los números de bitcoins que quiere enviar usando lo que se denomina factores de ocultación o compromisos de Pedersen, elementos que se generan al combinar las claves privadas y públicas (¿qué son estas claves?) de las partes que realizan las transacciones.

El factor de ocultación se comparte entre las dos partes intervinieres y ninguno extraño tiene acceso a él.

Posteriormente, el favor de ocultación puede ser usado para probar la propiedad de los valores enviados. El factor es utilizado en última instancia para encriptar la entrada y salida de las transacciones así como las claves privadas y públicas de las personas.

Usando esta tecnología, un nodo completo puede restar las cantidades encriptadas en el lado de envío de la transacción de la cantidad encriptada en la parte de recepción. Esto permite que los nodos verificadores de la red confirmen que una transacción encriptada homorfamente es real y que no se creó bitcoins de la nada.

Todo este proceso es mucho más técnico, si quieres puedes profundizar en los detalles aquí, pero al menos tienes una idea de como funciona todo el asunto y las ventajas que ofrecen.

Estas transacciones confidenciales llegan con una contra muy grande. En principio, una transacción de este tipo varían en un rango de tamaño que va de 16x a 60x mayor que a una regular de Bitcoin actualmente.

Esto sin dudas es un problema, ya que a mayor tamaño se necesita para enviar un pago, mayores serán las comisiones. También obliga a los nodos a desperdiciar más recursos para almacenarlas. Como tal, la blockchain de Bitcoin en estos momentos no es capaz de utilizar de forma eficiente esta tecnología.

Los compromisos de Pedersen también se consideran una vulnerabilidad en potencial cuando nos enfrentemos a la computación cuántica, y es que esta se supone que puede romper este nivel de cifrado. Esto se traduce a que cualquiera con acceso a una podría imprimir nuevas monedas sin limite alguno. Pero esto es algo que también puede ocurrir con SHA256 llegado al caso.

También hay que considera que se han conseguido grandes avances desde su presentación, todos gracia al trabajo de Gregory Maxwell y Adam Back, llegando a la creación de Bulletproofs.

Estas mejoras consigue reducir el tamaño de las transacciones, a casi 3 veces el de las tradicionales. Lo que hace más posible su utilización en la cadena principal.

La tecnología ha llamado la atención de muchos proyectos de criptomonedas que han visto sus ventajas y consideran seriamente agregar las transacciones confidenciales a su propia solución.

Charlie Lee de Litecoin tiene pensando hacerlo en 2019, mientras que una startup enfocada en la privacidad, llamada Particl, ya cuenta con una red principal con transacciones confidenciales funcionando desde hace año y medio.